domingo, 10 de agosto de 2008

The journey has begin!


Año tras año, las agendas se acumulaban en mi repisa. Cada una más colorida y amena que la otra. Todos los años se repetía el mismo ciclo. Este empezaba en Octubre. Las nuevas agendas del próximo año ya habían salido a la venta. Emocionada entraba a una librería cerca a mi casa y las veía todas. Calificaba desde la combinación de colores y la fuente hasta los artículos que venían con ella (como esas reglas que vienen a veces adentro que nunca las usas y terminan perdidas en el desorden que llamas cuarto o esos increíbles y coloridos stickers al final de la agenda que nunca usas porque los guardas para una mejor ocasión que nunca llegará). Tras haberlas evaluado seleccionaba las 3 mejores. Normalmente elegía esas agendas las cuales tenían una historia o cosas por hacer como tests o juegos. En lo que restaba de tiempo hasta navidad, no podía dejar de pensar en ellas. Aproximadamente hacia mi lista de regalos para "papa noel", que con el tiempo se convirtió para "mis papas" con 2 o 3 semanas de anticipación. Normalmente los 3 primeros puestos eran ocupados por algún juguete que estuviera de moda, los infalibles chocolates y esta dicha agenda que para este tiempo mi selección se había reducido a una. Llegaba el día de navidad y estaba ansiosa por abrir los regalos. Escuchaba las doce estridentes campanadas de aquel reloj antiguo que había pasado de generación en generación. Mis ojos se iluminaban. Sentía la agenda ser mía. Podía verla y sentirla detrás de ese papel tan delgado el cual dejaba ver la carátula. Rasgaba rápidamente la envoltura. Y estaba ahí, enfrente mio. Era mía y solo mía. Rompía sin cuidado el plástico y podía presenciar ese olor a nuevo. Un olor a papel en blanco esperando ser llenado por mi horrorosa caligrafía. La ansiedad regresaba a mí. Quería que la fiesta terminará para poder llegar a mi cuarto, echarme en mi cama, abrir la carátula y empezar a admirarla. Leer página por página. Esa noche me leía toda la historia que esta poseía en su interior y resolvía todos los test y juegos. Era para mi, la felicidad plena. Contaba los días para que el nuevo año empezará, y con ello usar mi agenda. La historia se repetía. Escuchaba de nuevo los doce campanazos de la reliquia familiar y corría hasta llegar a mi cuarto para encerrarme. Tomaba la nueva agenda que estaba en el librero, la abría en el 1ro de Enero, elegía un lapicero de color que combinara con la hoja y me echaba en mi cama. Escribía como me sentía y que esperaba de este nuevo año. Sentía como las palabras salían de mi mente hasta llegar a ese papel en blanco. El primer mes escribía religiosamente. Antes de dormir dedicaba 10 minutos a contar todas las anécdotas vividas ese día. Poco a poco las páginas se iban quedando en blanco, hasta que llegaba un día donde la agenda simplemente se perdía. Se borraba de mi memoria. Hasta que llegaba octubre nuevamente. Ansiosa entraba a la librería y la historia se repetía. Año tras año. Por eso, este año me propuse una nueva meta. NO COMPRARME, NI PEDIR UNA AGENDA NUEVA. Me di cuenta que es un malgaste de dinero (en mi caso) y que hay formas de contar y acordarte de tu vida que no sea esta. Así que decidí crearme un blog. Este blog. Aunque paresca egocéntrico, este blog habla de mí. De lo que día a día una chica de mi edad con una vida un poco complicada vive. También decidí abrir este blog para que lo que escribo no se quede en mí y ojala que pueda ayudar a alguien con esto.

2 comentarios:

0 dijo...

Tu tenias ajenda????

xD

Jash612 dijo...

tu nueva pascualina? jojoooo! xD

Weno, io tngo agnda pero la ncsito en la univ para organizarme xq sin ella muero! xD